El poeta habla por teléfono con su amor

Sonetos del amor oscuro


Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho.

Pino de luz por el espacio estrecho
cantó sin alborada y sementera
y mi llanto prendió por vez primera
coronas de esperanza por el techo.

Dulce y lejana voz por mí vertida.
Dulce y lejana voz por mí gustada.
Lejana y dulce voz amortecida.

Lejana como oscura corza herida.
Dulce como un sollozo en la nevada.
¡Lejana y dulce en tuétano metida!

Entradas populares de este blog

"España es así: los canis"

"El dueño de la luna"

"El diccionario de Coll"

Twice told tale

"Carta final a Carlota"

"Una historia común"

La lechera

La serrana fea, Aldara, de Tablada

Tratado II: El clérigo de Maqueda

"¿No es cierto, ángel de amor...?": la escena del sofá