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"¡Qué lástima!"

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León Felipe   (1884-1968) Para Alberto López Argüello ¡Qué lástima que yo no pueda cantar a la usanza de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan! ¡Qué lástima que yo no pueda entonar con una voz engolada esas brillantes romanzas a las glorias de la patria! ¡Qué lástima que yo no tenga una patria! Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa desde una tierra a otra tierra, desde una raza a otra raza, como pasan esas tormentas de estío desde ésta a aquella comarca. ¡Qué lástima que yo no tenga comarca, patria chica, tierra provinciana! Debí nacer en la entraña en la estepa castellana Y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada: pasé los días azules de mi infancia en Salamanca, y mi juventud, una juventud sombría, en la montaña. Después… ya no he vuelto a echar el ancla y ninguna de estas tierras me levanta ni me exalta para poder cantar siempre en la misma tonada al mismo río que pasa rodando las mismas aguas, al mismo cielo, al mismo campo y en la misma

"Para que yo me llame Ángel González"

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  Ángel González (1925-2008) Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo, fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo el mar y toda tierra, fértiles vientres de mujer, y cuerpos y más cuerpos, fundiéndose incesantes en otro cuerpo nuevo. Solsticios y equinoccios alumbraron con su cambiante luz, su vario cielo, el viaje milenario de mi carne trepando por los siglos y los huesos. De su pasaje lento y doloroso de su huida hasta el fin, sobreviviendo naufragios, aferrándose al último suspiro de los muertos, yo no soy más que el resultado, el fruto, lo que queda, podrido, entre los restos; esto que veis aquí, tan sólo esto: un escombro tenaz, que se resiste a su ruina, que lucha contra el viento, que avanza por caminos que no llevan a ningún sitio. El éxito de todos los fracasos. La enloquecida fuerza del desaliento...

"Autobiografía"

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  Gloria Fuertes (1917-1998) Gloria Fuertes nació en Madrid a los dos días de edad, pues fue muy laborioso el parto de mi madre que si se descuida muere por vivirme. A los tres años ya sabía leer y a los seis ya sabía mis labores. Yo era buena y delgada, alta y algo enferma. A los nueve años me pilló un carro y a los catorce me pilló la guerra; A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía. Aprendí a regatear en las tiendas y a ir a los pueblos por zanahorias. Por entonces empecé con los amores, -no digo nombres-, gracias a eso, pude sobrellevar mi juventud de barrio. Quise ir a la guerra, para pararla, pero me detuvieron a mitad del camino. Luego me salió una oficina, donde trabajo como si fuera tonta, -pero Dios y el botones saben que no lo soy-. Escribo por las noches y voy al campo mucho. Todos los míos han muerto hace años y estoy más sola que yo misma. He publicado versos en todos los calendarios, escribo en un periódico de niños, y quiero comprarme a plazos un

"Autorretrato"

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  Gloria Fuertes (1917-1998) Suculenta albóndiga de tierna ternura, empanada rellena de grillos y canciones, mamotreto de versos perfumados, crisálida de gusanito de seda. Falda de saco o pantalón vaquero, sostén de manos bordado en uñas. Busto, a gusto del consumidor elegido y fuertes piernas con suaves cicatrices en ambas rodillas desconchadas.

"Autorretrato"

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  Nicanor Parra (1914-2018) Considerad, muchachos, esta lengua roída por el cáncer: soy profesor en un liceo obscuro he perdido la voz haciendo clases. (Después de todo o nada hago cuarenta horas semanales). ¿Qué os parece mi cara abofeteada? ¡Verdad que inspira lástima mirarme! Y qué decís de esta nariz podrida por la cal de la tiza degradante.   En materia de ojos, a tres metros no reconozco ni a mi propia madre. ¿Qué me sucede? —Nada. Me los he arruinado haciendo clases: la mala luz, el sol, la venenosa luna miserable. Y todo para qué: para ganar un pan imperdonable duro como la cara del burgués y con sabor y con olor a sangre. ¡Para qué hemos nacido como hombres si nos dan una muerte de animales!   Por el exceso de trabajo, a veces veo formas extrañas en el aire, oigo carreras locas, risas, conversaciones criminales. Observad estas manos y estas mejillas blancas de cadáver, estos escasos pelos que me quedan, ¡estas negras arrugas infernales! Sin embargo yo fui tal como ustedes, jov

"Me llamo barro aunque Miguel me llame"

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  Miguel Hernández (1910-1942) El rayo que no cesa Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame. Soy un triste instrumento del camino. Soy una lengua dulcemente infame a los pies que idolatro desplegada. Como un nocturno buey de agua y barbecho que quiere ser criatura idolatrada, embisto a tus zapatos y a sus alrededores, y hecho de alfombras y de besos hecho tu talón que me injuria beso y siembro de flores. Coloco relicarios de mi especie a tu talón mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto. Más mojado que el rostro de mi llanto, cuando el vidrio lanar del hielo bala, cuando el invierno tu ventana cierra bajo a tus pies un gavilán de ala, de ala manchada y corazón de tierra. Bajo a tus pies un ramo derretido de humilde miel pataleada y sola, un despreciado corazón caído en forma de alga y en figura de ola. Barro en vano me invisto

Retrato

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 Manuel Machado  (1874-1947) Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed. Unos ojos de hastío y una boca de sed... Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe... Calaveradas, amoríos... Nada grave, Un poco de locura, un algo de poesía, una gota del vino de la melancolía... ¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido; ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido. Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla, media docena de cañas de manzanilla. Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-, tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo. Me acuso de no amar sino muy vagamente una porción de cosas que encantan a la gente... La agilidad, el tino, la gracia, la destreza, más que la voluntad, la fuerza, la grandeza... Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero, a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero. Un destello de sol y una risa oportuna amo más que las languideces de la luna Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-, Con Montmartre y con la Macarena comulgo... Y ant

Conferencia sobre el teatro de Federico García Lorca

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Federico García Lorca (1898-1936) Conferencia-charla sobre el teatro  leída por primera vez en Buenos Aires en 1933   Queridos amigos: Hace tiempo hice firme promesa de rechazar toda clase de homenajes, banquetes o fiestas que se hicieran a mi modesta persona; primero, por entender que cada uno de ellos pone un ladrillo sobre nuestra tumba literaria, y segundo, porque he visto que no hay cosa más desolada que el discurso frío en nuestro honor, ni momento más triste que el aplauso organizado, aunque sea de buena fe. Además, esto es secreto, creo que banquetes y pergaminos traen el mal fario, la mala suerte, sobre el hombre que los recibe; mal fario y mala suerte nacidos de la actitud descansada de los amigos que piensan: "Ya hemos cumplido con él". Un banquete es una reunión de gente profesional que come con nosotros y donde están, pares o nones, las gentes que nos quieren menos en la vida. Para los poetas y dramaturgos, en vez de homenajes yo organizaría ataques y desafíos en

Traducen al lenguaje normal los poemas de Lorca

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  Xavi Puig El Mundo Today EL "ROMANCERO GITANO" PASA A TITULARSE "LOS GITANOS Y SUS MOVIDAS" Alianza Editorial está ultimando la traducción de la obra poética de Federico García Lorca «al lenguaje normal que utilizamos habitualmente las personas». El proyecto nace, según sus responsables, «de la necesidad de llegar a los nuevos lectores en vez de esperar que sean ellos quienes se acerquen a propuestas literarias muy alejadas de las tendencias de hoy en día». Aunque la iniciativa no cuenta con el beneplácito de los académicos más puristas, en los centros de enseñanza es vista como «una luz al final del túnel». Tras leer algunos de los poemas ya traducidos, muchos alumnos han confirmado que «se entiende todo a la primera y ves al autor como un pavo que tiene sus empanadas mentales y sus rollos igual que tú». Los traductores apenas han podido conservar versos originales, aunque sí han intentado ceñirse «al espíritu del texto». Uno de los cambios más discutidos es el q

Campaña de la RAE contra el uso del inglés en publicidad

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LORCA Y LA MUERTE

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Egloga I (fragmento adaptado)

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  Garcilaso de la Vega Siglo XVI El dulce lamentar de dos pastores Salicio juntamente y Nemoroso, he de contar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, (de pacer olvidadas) escuchando (…) Salicio: ¡Oh más dura que mármol a mis quejas, y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve, Galatea!, estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas, que no hay, sin ti, el vivir para qué sea. Vergüenza he que me vea ninguno en tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo me avergûenzo agora. ¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo de ella salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Nemoroso: Corrientes aguas, puras, cristalinas, árboles que os estáis mirando en ellas, verde prado, de fresca sombra lleno, aves que aquí sembráis vuestras querellas, hiedra que por los árboles caminas, torciendo el paso por su verde seno: yo me vi tan ajeno que de puro contento con vuestra soledad me