"Bullying"

Tomàs Navarro 

ELPERIODICO.COM. 27/01/2016. 

(Psicólogo.
Se dedica a la psicología, la consultoría, la formación y la divulgación.
Autor de 'Fortaleza emocional')


    El sufrimiento humano me desespera -es lo que te pasa cuando tienes un 'overbooking' de neuronas espejo- pero cuando el que sufre es un niño, tengo un acceso de ira que nace en lo más profundo de mi alma. El 'bullying' no es un compendio de mala suerte, ni una casualidad, ni algo circunstancial. El 'bullying' es un fenómeno que ocurre por obra y desgracia de varios agentes, de manera repetida, durante un periodo de tiempo. Vamos por partes.

    El primer agente implicado es el profesor. El profesor es el responsable de lo que ocurre en el colegio durante todo el tiempo que los alumnos están dentro. Esta responsabilidad no es apta para cualquiera. El maestro, el buen maestro, ama a sus pupilos, los cuida, los guía, los educa y todo ello lo hace sin olvidar que son pequeños y sensibles individuos insertados en un grupo en cualquier momento de los que están en el colegio.

    Los niños van a clase, pero también van al patio y al comedor. Si observáramos con atención las dinámicas que se dan y las que no se dan, se pueden detectar rápidamente casos de acoso. Lo he dicho antes. Ser maestro es una profesión reservada para grandes personas con grandes corazones y grandes vocaciones. Yo no me permito ni un solo segundo de distracción en mi trabajo, por respeto a mis clientes, por respeto a mi profesión. Mi trabajo me agota, pero me llena el saber que he actuado de manera responsable y respetuosa. Pero mi responsabilidad es infinitamente menor que la de un maestro de escuela ya que tiene en sus manos la autoestima, los miedos, las esperanzas, los sueños y las emociones de veinte o treinta niños cada día durante todo un curso escolar.

Lo que más me preocupa del 'bullying' es que no se enteren los profesores, que lo ignoren, lo toleren o lo banalicen quitándole importancia… Cosas de niños… Siempre pasa… es que es hijo de un compañero y no quiero ponerme de culo a su padre -posiblemente otro maltratador que utiliza el miedo para ganarse su impunidad y la de su prole-.

    El agresor es otro de los agentes importantes. Sí, sin duda. En la mayoría de los casos no es más que una víctima de unos padres maltratadores, distantes o irresponsables; pero a veces nos sorprendemos ya que en algunos casos son hijos de unos padres aparentemente encantadores y normales. Aquí es donde está la trampa, en las apariencias. Un buen maltratador no suele ir levantando sospechas. Un padre ausente no puede mostrarlo a los cuatro vientos. Repito, en muchos casos no suele ser más que una víctima que está repitiendo lo que ve en casa o que está creciendo sin normas sociales, sin valores y sin una guía o un modelo constructivo.

    Cuando un niño escucha a sus padres criticar a otra persona, está aprendiendo que se puede agredir a personas con un estatus diferente que el tuyo; por lo que buscará a niños con baja autoestima, inseguros, diferentes, sensibles o con algún tipo de problemática para repetir lo que tantas veces ha visto en casa.
Sin querer hemos hablado de otro de los agentes que permiten, toleran o potencian el 'bullying': los padres del agresor, pero también los padres en general. La ausencia, la falta de comunicación, la falta de implicación, de compromiso y de valores suele ser el caldo de cultivo de este fatídico cóctel.

Cierto es que no siempre es así. A veces, no sabemos el motivo, pero hay niños que maltratan a pesar de tener un buen entorno. A veces hay alteraciones y trastornos de la conducta. A veces. Solo a veces. Las menos.

    Los cómplices que toleran el acoso y el maltrato son otro de los agentes importantes en un proceso de 'bullying'. Entiendo la presión que tienen que soportar. O estás conmigo o estás en contra mío, les dice el maltratador. Queridos padres, infundir seguridad, compromiso, criterio y valor a vuestros hijos para que no se dejen maltratar y para que no toleren cualquier tipo de amenaza, acoso o maltrato. Lo que no quiera para él que no lo quiera para ningún compañero suyo.

    Solo me queda una pieza del complicado entramado que tolera, permite, potencia o sufre el 'bullying': los padres de la víctima. Los padres tenemos que asumir una responsabilidad veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Los niños, nuestros hijos, no tienen la oportunidad de escogernos. Los hemos traído a este mundo, así que tenemos la obligación de enseñarles a vivir en él. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a sentirse seguros, a quererse y a no dar crédito a lo que cualquier persona pueda decir de ellos. Enséñales que no hace falta que sean amigos de todo el mundo, enséñales que es mejor estar aparentemente solo que aparentemente acompañado, enséñales a que se acepten y que no dejen de ser como son por presión de otros niños o por pertenecer a un grupo, enséñales a tener criterio propio, a no tener miedo de nadie, a denunciar las amenazas, a analizar a las personas y relacionarse de igual a igual con otros niños. Enséñales que nadie es más que nadie y que nadie es menos que nadie. (…)

    Ningún niño tendría que querer quitarse la vida. Ningún niño tendría que preocuparse de nada más que de jugar, comer, dormir y aprender. Ningún niño tendría que sufrir el acoso y la burla despiadada de otro niño, de un profesor o de un padre. Sí, has leído bien. ¿De qué te sorprendes? Ningún niño se merece sentirse solo y aislado sin nadie a quien recurrir, desprotegido y vulnerable.

    Prácticamente todos los animales que viven en sociedades o en manadas, prácticamente todos, cuidan de los cachorros de la manada sin importarle si es suyo o no. Quizás deberíamos involucionar y empezar a comportarnos como animales. O quizás deberíamos aprovechar que hemos evolucionado para dejar de comportarnos como bestias inmundas -que no como animales-.

    ¿De qué sirve tanta evolución, cultura y bienestar si no es para erradicar el sufrimiento y la violencia de nuestros pequeños y grandes cachorros? ¿Estás enfadado después de leer este artículo? No pasa nada. Enfadarse no es malo. A veces incluso es bueno. Muy bueno. Enfádate y canaliza toda la ira que sientes en rabia constructiva dirigida a acabar con 'bullying' sea cual sea tu papel en este triste fenómeno.

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