Entrevista | C. Tangana: "No creo en el individualismo absoluto en ningún término de la vida"
Mirentxu Mariño
El cantante ha dado una
sacudida a su carrera con ‘El madrileño’ (Sony), un álbum y un alias que se
acercan a la tradición.
Drexler,
Toquinho, Calamaro, la Húngara, Eliades Ochoa, Omar Apollo, Kiko Veneno... Oro
parece y oro es. El último trabajo de C. Tangana, El madrileño (Sony),
ha dejado al respetable con los ojos muy abiertos. Videoclips incluidos.
Su
nombre es Antón Álvarez. O Pucho. Nació en Madrid en 1990. Su primer alias fue
Crema. Estuvo en el grupo Agorazein. Ha tenido polémicas con Young Beef y Los
Chicos del Maíz. Salió con Rosalía y coescribió ocho temas de 'El mal querer'.
Acude a la entrevista con un look de los suyos y la garganta algo tocada.
Recomienda ir a Lhardy, donde se rodó el videoclip de 'Comerte entera', por el
cocido y la carta. De Drexler dice que lo borda en directo; de Calamaro, que es
"el poeta más rápido". Con Ochoa conectó "enseguida".
Alizzz ha producido el disco y Santos Bacana se ocupa de los vídeos.
¿Es este disco un
lamento? Sí. Una de las cosas que tienen la literatura, la
canción y la poesía españolas es que nuestra forma de vivir la emoción viene
por ahí. No sé si también tiene algo que ver con el cristianismo y con que el
amor para nosotros es el dolor. No lo he hecho aposta, creo que es la forma en
la que la emoción habla si lo haces de forma honesta: cuando tratas de hacer
algo clásico, original, tradicional te sale un poco tragedia. Y eso se comparte
con la música latina.
Y se le ve más sincero.
Es el disco más espontáneo, no hay mucho personaje y hay más contacto directo
piel con piel. (…)
Colaboran en el disco
músicos poco conocidos en España. ¿Cómo los escogió?
El disco no tiene una pretensión de ser solo música de reminiscencia, pretende
ser vanguardista y actual. Queríamos que hubiese también una representación de
gente joven rompedora. Gente que está hablando masivamente a los jóvenes, pero
que no está haciendo lo que hace todo el mundo. Es un disco de guitarra. Ed
Maverick es un tipo que haciendo folk tiene millones de reproducciones en toda
Latinoamérica; Omar Apollo hace un R&B complicado, una música avanzada; y
Adriel (Favela) y Carin (León) están renovando el corrido. La idea era ser
ambiciosos, no meter al típico reguetonero o a la típica persona de listas.
Ha hecho una apuesta
fuerte por lo audiovisual. ¿Por qué? Me gustan las obras
que están bien cerradas. Creo que esta es la mejor que he hecho en mi vida,
porque todo todos los extremos están enfocados a que la música suba y se vea en
un lugar mejor. Y tengo ambiciones artísticas de todo tipo: el cine es una de
ellas. Tenemos un colectivo, Little Spain, que ya se ha convertido en
productora y tengo la suerte de que mi director creativo sea Santos. Se trata
de darle cine a la música y ponerle música al cine.
Va a debutar con Isaki
Lacuesta, ¿le da respeto? Tengo muchas ganas. Hace unos años
siempre lo decía: de los 20 a los 30, estrella de rock; de los 30 a los 40,
actor; de los 40 a los 50, director y de los 50 en adelante, escritor. Supongo
que me saltaré etapas y las iré cambiando de sitio, pero tengo todas esas
ambiciones y creo que me da tiempo.
Estudió Filosofía. ¿Le
ayudó a ordenar la cabeza? Sí, creo que me ha dado
perspectiva para enfocar la carrera, para saber quién quiero ser como artista,
qué quiero dejar, cómo crecer. Y para mirar la tendencia con otros ojos. En las
letras, la música o la estética no ha ayudado, pero en el otro plano sí.
¿Se ve, por ejemplo,
dando clase a chavales? La verdad es que no. Enseñar no sé
si sería lo mío.(…)
En Nunca estoy
usa la perspectiva de una mujer. ¿Hace falta que los hombres se pongan más en
el papel de las mujeres? Sí, creo que, en general, en el
universo falta empatía con el lado femenino. Todo está construido por el lado
masculino.
¿Le siguen llamando
machista? Creo que ya no, pero no lo sé. Empezaron por unas
letras que había escrito mucho tiempo antes. No sé si hay una tendencia sobre
eso, es puro gossip o solo depende de Twitter... Lo importante es el discurso y
los argumentos de verdad, que sirven para cambiar cosas; la conversación
encendida en redes sociales, que la gente usa para odiarse y sacar la rabia que
tiene dentro, no sirve. Por eso dejé de seguir a la gente en Twitter hace mucho
tiempo. Al principio creía que era un lugar genial, pero he descubierto que la
gente lo usa como si fuera el gimnasio, va a descargar.(…)
¿El éxito es que canten
las canciones de uno en el metro? Que toquen tus
canciones así, que formen parte del imaginario popular, para mí es muy
importante. No sé qué definimos como éxito, es una palabra complicada, pero
para mí uno de los objetivos es traspasar y que sea algo recurrente. (…)
¿Hay que hacer más caso
al folclore español? Hay que hacer más caso a todos los
folclores. Y no hace falta indagar, ¿sabes? Sino tratar las cosas que te son
comunes, de raíz, y tratar de incluirlas, modificarlas, maltratarlas, lo que tú
quieras. Destrózalas, deshazlas, coge solo una parte, que todos los puristas te
insulten... Mantener eso siempre te da un punto de originalidad.
Su padre escuchaba a
Drexler y Calamaro. ¿Qué otra música oía en su casa?
De mi padre, muchísima; a mi madre no le gusta mucho. De los pocos discos que
podía poner mi padre y que mi madre estuviera contenta, el de Cosas mías
(Antonio Flores) y alguno de Kiko Veneno. A mi madre le gustaban más Rosario,
Nacha Pop, Hombres G... Hubo un momento en el que mi padre estaba a la
vanguardia, cuando yo tenía 10 o 12 años: escuchaba el género americana, esta
evolución del folk y el rock a grupos indies: Wilco, Eels, Death Cab for Cutie,
etc. Siempre una fuente de inspiración.
¿Tiene una flor en el
culo, como dice su canción con Calamaro? Totalmente. Nací con
ella, he tenido mucha suerte toda la vida.