"Te conocí, porque al mirar la huella..."


(1881-1958)


Te conocí, porque al mirar la huella
de tu pie en el sendero,
me dolió el corazón que me pisaste.

Corrí loco; busqué por todo el día;
como un perro sin amo.

... ¡Te habías ido ya! Y tu pie pisaba
mi corazón, en un huir sin término,
cual si él fuera el camino


que te llevaba para siempre...

Entradas populares de este blog

"España es así: los canis"

"El dueño de la luna"

"El diccionario de Coll"

Twice told tale

"Carta final a Carlota"

"Una historia común"

La lechera

La serrana fea, Aldara, de Tablada

Tratado II: El clérigo de Maqueda

"¿No es cierto, ángel de amor...?": la escena del sofá