Poema 5: "Para que tú me oigas"

Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
 
 
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

Y además...

Musicado por Vicente Monera:



Cantado por Carmen París:

 

Y recitado por el propio Pablo Neruda:

 

Entradas populares de este blog

"¿No es cierto, ángel de amor...?": la escena del sofá

"España es así: los canis"

"Mar"

"Cantar de Mio Cid: el Destierro

"Exemplo del pintor Pitas Payas"

Condiciones que ha de tener la mujer para ser bella

Conferencia sobre el teatro de Federico García Lorca

Milagro XI : "El labrador avaro"

"Cantar de Mio Cid: la afrenta de Corpes"

El final de Don Juan