"Mar"

(1881-1958)
Diario de un poeta recién casado (1916)

Parece, mar, que luchas
—¡Oh desorden sin fin, hierro incesante!—
por encontrarte o porque yo te encuentre.
¡Qué inmenso demostrarte,
en tu desnudez sola
—sin compañera… o sin compañero
según te diga el mar o la mar—, creando
el espectáculo completo
de nuestro mundo de hoy!
Estás, como en un parto,
dándote a luz —¡con qué fatiga!—
a ti mismo, ¡mar único!,
a ti mismo, a ti sólo y en tu misma
y sola plenitud de plenitudes,
…¡por encontrarte o porque yo te encuentre!

Entradas populares de este blog

"España es así: los canis"

Tratado II: El clérigo de Maqueda

Tratado III: El escudero

A Sancho Panza

"El diccionario de Coll"

Las siete y media, y su peligro

"¿No es cierto, ángel de amor...?": la escena del sofá

Tratado IV- El fraile de la Merced

"Carta final a Carlota"

Tratado I: el ciego