Lirica tradicional castellana

Siglo XV


Entra mayo y sale abril:
¡tan garridico le vi venir!

Entra mayo con sus flores,
sale abril con sus amores,
y los dulces amadores
comiencen a bien servir.

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Tres morillas me enamoran
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Y hallábanlas cogidas,
y tornaban desmaídas
y las colores perdidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

Tres moricas tan lozanas,
tres moricas tan lozanas,
iban a coger manzanas
a Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

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Luna que reluces,
toda la noche alumbres.

Ay, Luna que reluces,
blanca y plateada,
toda la noche alumbres
a mi linda enamorada!

Amada que reluces,
toda la noche alumbres.

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Si la noche se hace escura
y tan corto es el camino,
¿cómo no venís, amigo?

La media noche es pasada
y el que me pena no viene:
mi desdicha lo detiene,
¡qué nascí tan desdichada!
Háceme venir penada
y muéstraseme enemigo.
¿Como no venís, amigo?

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Ya florecen los árboles, Juan:
¡mala seré de guardar!

Ya florecen los almendros
y los amores en ellos, Juan,
mala seré de guardar.
Ya florecen los árboles, Juan:
¡mala seré de guardar

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Dícenme que el amor no fiere,
mas a mí muerto me tiene.

Dícenme que el amor no fiere,
ni con fierro ni con palo,
mas a mí muerto me tiene,
la que traigo de la mano.

Dícenme que el amor no fiere,
ni con palo ni con fierro,
mas a mí muerto me tiene
la que traigo de este dedo.

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Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.

Mas quiero vivir segura
nesta sierra a mi soltura,
que no estar en ventura
si casaré bien o no.

Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.

Madre, no seré casada
por no ver vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.

Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.

No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor yo me la só.

Dicen que me case yo:
no quiero marido, no

                                                   (Gil Vicente )
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Ya cantan los gallos
amor mío y vete;
cata que amanece.

Vete, alma mía,
más tarde no esperes,
no descubra el día
los nuestros placeres.
Cata que los gallos,
según me parece,
dicen que amanece.

Ya cantan los gallos
amor mío y vete;
cata que amanece.

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