"Los dos amigos y el oso"
(1745-1801)
A
dos amigos se aparece un oso:
el
uno, muy medroso,
en
las ramas de un árbol se asegura;
El
otro, abandonado a la ventura,
se
finge muerto repentinamente.
El
oso se le acerca lentamente;
mas
como este animal, según se cuenta,
de
cadáveres nunca se alimenta,
sin
ofenderlo lo registra y toca,
huélele
las narices y la boca;
no
le siente el aliento,
ni
el menor movimiento;
y
así, se fue diciendo sin recelo:
«este
tan muerto está como mi abuelo.»
Entonces
el cobarde,
de
su grande amistad haciendo alarde,
del
árbol se desprende muy ligero,
corre,
llega y abraza al compañero,
pondera
la fortuna
de
haberle hallado sin lesión alguna,
y
al fin le dice:
«Sepas
que he notado
que
el oso te decía algún recado.
¿Qué
pudo ser?»
«Diréte
lo que ha sido;
estas
dos palabritas al oído:
aparta
tu amistad de la persona
que
si te ve en el riesgo, te abandona.»