"Diecinueve días y quinientas noches"

"Diecinueve días y quinientas noches" (1999)



Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un güisqui on the rocks.
En vez de fingir,
o estrellarme una copa de celos,
me dio por reír.
De pronto me vi,
como un perro de nadie,ladrando
a las puertas del cielo.
Me dejó un neceser con agravios,
la miel en los labios
y escarcha en el pelo.


mis amantes
en eso de que antes
el malo era yo,
con una excepción:
esta vez,
yo quería quererla querer
y ella no.


Así que se fue,
me dejó el corazón en los huesos
y yo de rodillas.
Desde el taxi,
y, haciendo un exceso,
me tiró dos besos...
uno por mejilla.


Y regresé
a la maldición
del cajón sin su ropa,
a la perdición
de los bares de copas,
a las cenicientas
de saldo y esquina,
y, por esas ventas
del fino Laina,
pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína,


volviéndome loco,
derrochando la bolsa y la vida
la fuí, poco a poco,
dando por perdida.


Y eso que yo,
para no agobiar con flores a María,
para no asediarla
con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla
con bisutería,
ni ser el fantoche
que va en romería,
con la cofradía
del Santo Reproche,
tanto la quería,
que, tardé, en aprender a olvidarla
diecinueve días
y quinientas noches.


Dijo hola y adiós,
y, el portazo sonó como un signo
de interrogación.
Sospecho que así
se vengaba a través del olvido,
Cupido de mí.


No pido perdón,
¿Para qué? Si me va a perdonar
porque ya no le importa...
Siempre tuvo la frente muy alta,
la lengua muy larga
y la falda muy corta.


Me abandonó,
como se abandonan los zapatos viejos,
destrozó el cristal de mis gafas de lejos,
sacó del espejo su vivo retrato,
y fui tan torero,
por los callejones
del juego y el vino,
que ayer el portero,
me echó del casino
de Torrelodones.


Qué pena tan grande,
negaría el Santo Sacramento,
en el mismo momento
que ella me lo mande.


Y eso que yo,
paro no agobiar con flores a María,
para no asediarla
con mi antología
de sábanas frías
y alcobas vacías,
para no comprarla
con bisutería,
ni ser el fantoche
que va en romería
con la cofradía
del Santo Reproche,
tanto la quería,
que tardé en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.
Tenían razón

Entradas populares de este blog

"El diccionario de Coll"

"El dueño de la luna"

"La ajorca de oro"

Condiciones que ha de tener la mujer para ser bella

Soneto XI: "Hermosas ninfas, que, en el río metidas..."

Soneto V: "Escrito está en mi alma vuestro gesto..."

V: "Lo que sucedió a una zorra con un cuervo que tenia un pedazo de queso en el pico"

La dama del velo blanco

"En un lugar de la Mancha"

"Fe de vida"