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Mostrando entradas de junio, 2013

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Blas de Otero (1916-1979) ..y dándole una lanzada en el aspa, la devolvió el viento con tanta furia... Quijote, I,8. Por más que el aspa le voltee y españa le derrote y cornee, poderoso caballero es Don Quijote. Por más que el aire se lo cuente al viento, y no lo crea y la aviente, muy airosa criatura es Dulcinea.

La Dulcinea de Marcel Duchamp

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  Octavio Paz (1914-1998) A Eulalio Ferrer  -Metafísica estáis. -Hago striptease. Ardua pero plausible, la pintura cambia la tela blanca en pardo llano y en Dulcinea al polvo castellano torbellino resuelto en escultura.  Transeúnte de París, en su figura —molino de ficciones, inhumano rigor y geometría— Eros tirano desnuda en cinco chorros su estatura.  Mujer en rotación que se disgrega y es surtidos de sesgos y reflejos: mientras más se desviste más se niega.  La mente es una cámara de espejos; invisible en el cuadro, Dulcinea perdura: fue mujer y ya es idea.

Como condensar a los clásicos

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Ernest Hemingway   (1899-1961) The Toronto Star Weekly,     20 de agosto de 1921   Casi han acabado el trabajo de condensar a los clásicos. Se trata de un pequeño grupo de entusiastas condensadores, supuestamente subvencionados por Andrew Carnagie, que han trabajado durante los últimos cinco años para reducir la literatura mundial a bocados comestibles para consumición del agotado hombre de negocios. Los miserables ha sido reducido a diez páginas. Parece que Don Quijote ocupa una columna y media. Las obras teatrales de Shakespeare no pasan de ochocientas palabras cada una. La Iliada y La Odisea cabrán en el texto de un componedor y medio cada una. Es algo magnífico poner a los clásicos al alcance del hombre de negocios cansado o retirado, aunque estigmatice el intento de colegios y universidades de poner al hombre de negocios al alcance de los clásicos. Pero aún hay un modo más rápido de presentar el asunto a quienes han de correr mientras leen: r

Ni siquiera soy polvo

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  Jorge Luis Borges (1899-1986)   No quiero ser quien soy. La avara suerte me ha deparado el siglo diecisiete, el polvo y la rutina de Castilla, las cosas repetidas, la mañana que, prometiendo el hoy, nos da la víspera, la plática del cura y del barbero, la soledad que va dejando el tiempo y una vaga sobrina analfabeta. Soy hombre entrado en años. Una página casual me reveló no usadas voces que me buscaban, Amadís y Urganda. Vendí mis tierras y compré los libros que historian cabalmente las empresas: el Grial, que recogió la sangre humana que el Hijo derramó para salvarnos, el ídolo de oro de Mahoma,

Cervantes o la crítica de la lectura

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Carlos Fuentes (1928-2012) Cervantes o la crítica de la lectura (1994) Resulta que ese pícaro, galeote convicto y falso titiritero, Ginés de Pasamonte, alias Ginesillo de Parapilla, alias Maese Pedro, está escribiendo un libro sobre su propia vida. ¿Está terminado el libro?, pregunta Don Quijote. Y Ginés le contesta: ¿Cómo va a estarlo, si mi vida aún no termina?   Esta es la última pregunta de Cervantes: ¿quién escribe los libros y quién los lee? ¿Quién es el autor del Quijote ? ¿Un tal Cervantes, más versado en desdichas que en versos, cuya Galatea ha leído el cura que hace el escrutinio de los libros de don Quijote? ¿Un tal de Saavedra, mencionado por el Cautivo con admiración, en razón de los hechos que cumplió y todo por alcanzar la libertad?   Cervantes, como don Quijote, es leído por los personajes de la novela Quijote , libro sin origen autoral y casi sin destino, agonizante apenas nace, reanimado por los papeles del historiador arábigo Cide Hamete Benengeli,

Dulcinea del Toboso

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Marco Denevi   (1922-1998)   L eyó tantas novelas que terminó perdiendo la razón. Se hacía llamar Dulcinea del Toboso (en realidad se llamaba Aldonza Lorenzo), se creía princesa (era hija de aldeanos), se imaginaba joven y hermosa (tenía cuarenta años y la cara picada de viruelas). Finalmente se inventó un enamorado al que le dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote había partido hacia remotos reinos en busca de aventuras y peligros, tanto como para hacer méritos y, a la vuelta, poder casarse con una dama de tanto copete como ella. Se pasaba todo el tiempo asomada a la ventana esperando el regreso del inexistente caballero. Alonso Quijano, un pobre diablo que la amaba, ideó hacerse pasar por don Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en su rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas que Dulcinea atribuía a su galán. Cuando, seguro del éxito de su estratagema, volvió al Toboso, Dulcinea había muerto.

La mentira se salva por otra mentira

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Fiodor Dostoievski (1821-1881) Diario de un escritor (1879)  Un día Don Quijote, el caballero tan conocido, el más magnánimo caballero que jamás haya existido, vagabundeando con sul fiel escudero Sancho, tuvo un ataque de perplejidad. Había leído que sus predecesores de los tiempos antiguos, por ejemplo, Amadís de Gaula, habían tenido a veces que luchar durante años enteros con cien mil soldados enviados contra ellos por las potencias infernales o los magos. Ordinariamente, un caballero que tropieza con semejante ejército de réprobos saca su espada, invoca en su ayuda el nombre de su dama y se lanza solo en medio de sus enemigos, a los que extermina, sin dejar uno. Todo esto estaba bien claro; pero aquel día, Don Quijote permaneció pensativo. ¿Cómo querían que un caballero, por fuerte y valiente que fuese, exterminase a cien mil adversarios en un solo combate de veinticuatro horas? Se necesita ti

A Sancho Panza

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Gabriel Celaya   (1911-1991) Cantos Iberos , 1955 Sancho-bueno, Sancho-arcilla, Sancho-pueblo, tu lealtad se supone, tu aguante parece fácil, tu valor tan obligado como en la Mancha lo eterno. Sancho-vulgar, Sancho-hermano, Sancho, raigón de mi patria que aún con dolores perduras, y, entre cínico y sagrado, pones tu pecho a los hechos, buena cara a malos tiempos. Sancho que damos por nada, mas presupones milenios de humildad bien aceptada, no eres historia, te tengo como se tiene la tierra patria y matria macerada. Sancho-vulgo, Sancho-nadie, Sancho-santo, Sancho de pan y cebolla, trabajado por los siglos de los siglos, cotidiano, vivo y muerto, soterrado.

Parábola de Cervantes y el Quijote

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Jorge Luis Borges (1899-1986) El hacedor (1960)   Harto de su tierra de España, un viejo soldado del rey buscó solaz en las vastas geografías de Ariosto, en aquel valle de la luna donde está el tiempo que malgastan los sueños y en el ídolo de oro de Mahoma que robó Montalbán. En mansa burla de sí mismo, ideó un hombre crédulo que, perturbado por la lectura de maravillas, dio en buscar proezas y encantamientos en lugares prosaicos que se llamaban El Toboso o Montiel. Vencido por la realidad, por España, Don Quijote murió en su aldea natal hacia 1614. Poco tiempo lo sobrevivió Miguel de Cervantes. Para los dos, para el soñador y el soñado, toda esa trama fue la oposición de dos mundos: el mundo irreal de los libros de caballerías, el mundo cotidiano y común del siglo XVII. No sospecharon que los años acabarían por limar la discordia, no sospecharon que la Mancha y Montiel y la magra figura del caballero serían, para el porvenir, no menos poéticas

Sueña Alonso Quijano

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Jorge Luis Borges (1899-1986) La rosa profunda (1975) El hombre se despierta de un incierto sueño de alfanjes y de campo llano  y se toca la barba con la mano  y se pregunta si está herido o muerto.   ¿No lo perseguirán los hechiceros que han jurado su mal bajo la luna? Nada. Apenas el frío. Apenas una dolencia de sus años postrimeros.   El hidalgo fue un sueño de Cervantes   y don Quijote un sueño del hidalgo. El doble sueño los confunde y algo   está pasando que pasó mucho antes. Quijano duerme y sueña. Una batalla: los mares de Lepanto y la metralla.

Las confesiones de Don Quijote

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Luis García Montero (1958-) Casi nadie me llama por mi nombre, vulgar y cotidiano como la rebeldía. Prefieren otorgarme la nobleza ridícula que yo mismo elegí, el título de un pobre caballero, de una triste ilusión, y me recuerdan hoy por el delirio de mis noches, alunado, valiente en la cabalgadura de los sueños al confundir gigantes y molinos. No les resulta fácil convivir con el nombre de las cosas. El dolor y el desvelo convierten los rebaños en batallas, las cuevas en enigmas   y la fealdad inhóspita en belleza.

Vencidos

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León Felipe   (1884-1968) Versos y oraciones del caminante (1920-1929) Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar... Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura, y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar... va cargado de amargura... que allá encontró sepultura su amoroso batallar... va cargado de amargura... que allá «quedó su ventura» en la playa de Barcino, frente al mar... Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar... va cargado de amargura... va, vencido, el caballero de retorno a su lugar. Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura en horas de desaliento así te miro pasar... y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura y llévame a tu lugar; hazme un sitio en tu montura caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura que yo también voy cargado de amargura y no puedo batallar. Ponme a la grupa contigo, caballero del honor, pon

Diálogo perdido (Entre Don Quijote y Sancho)

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León Felipe (1884-1968) ¡Oh, este viejo y roto violín! (1965) -Todos andan buscando, Sancho, una paloma por el mundo y nadie la encuentra. -Pero , que paloma es la que buscan? -Es una paloma blanca que lleva en el pico el ultimo rayo amoroso de luz que queda ya sobre la tierra. -Como la golondrina de Tristán. -Eso, como la golondrina de Tristán. Bien te acuerdas, Sancho. Aquel cabello dorado de Isolda que dejo caer la golondrina sobre el hombro cansado del Rey era el rayo de amor que andaba buscando el hombre sobre la tierra, pero no es esto... hay otra definición; te lo explicaré mejor: esa paloma que andan buscando es aquella que una vez se le posó en la cabeza a un pobre Nazareno en el Jordán; aquello sí fue un buen juego de prestidigitación: un hombre sencillo entra a bañarse en el Jordán. se le posa una paloma blanca sobre la cabeza y sale de las aguas convertido en el hijo de la Luz en el hijo de Dios en el hijo de

Letanía de nuestro señor Don Quijote

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Rubén Darío (1867-1916)   Rey de los hidalgos, señor de los tristes, que de fuerza alientas y de ensueños vistes, coronado de áureo yelmo de ilusión; que nadie ha podido vencer todavía, por la adarga al brazo, toda fantasía, y la lanza en ristre, toda corazón. Noble peregrino de los peregrinos, que santificaste todos los caminos con el paso augusto de tu heroicidad, contra las certezas, contra las conciencias y contra las leyes y contra las ciencias, contra la mentira, contra la verdad... ¡Caballero errante de los caballeros, varón de varones, príncipe de fieros, par entre los pares, maestro, salud! ¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes, entre los aplausos o entre los desdenes, y entre las coronas y los parabienes y las tonterías de la multitud!

Testamento de D. Quijote

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Francisco de Quevedo (1580-1645) De un molimiento de güesos a puros palos y piedras, don Quijote de la Mancha yace doliente y sin fuerzas, tendido sobre un pavés cubierto con su rodela, sacando como tortuga de entre conchas la cabeza. Con voz roída y chillando, viendo el escribano cerca, ansí, por falta de dientes habló con él entre muelas: “Escribid, buen caballero, que Dios en quietud mantenga, el testamento que fago por voluntad postrimera. Y en lo de su entero juicio, que ponéis a usanza vuesa, basta poner decentado, cuando entero no le tenga. A la tierra mando el cuerpo, coma mi cuerpo la tierra, que según está de flaco hay para un bocado apenas.

Poema 5: "Para que tú me oigas"

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  Pablo Neruda : Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)     Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel ebrio para tus manos suaves como las uvas. Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. Ellas trepan así por las paredes húmedas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Ellas están huyendo de mi guarida oscura. Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas. El viento de la angustia aún las suele arrastrar. Huracanes de sueños aún a veces las tumban. Escuchas otras voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Ámame, compañera. No me aband

Los ríos semánticos

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Milan Kundera (1929-) La insoportable levedad del ser (1984) " El sombrero hongo se convirtió en el motivo de la composición musical que es la vida de Sabina. Aquel motivo volvía una y otra vez y en cada oportunidad tenía un significado distinto; todos aquellos significados fluían por el sombrero de hongo como el agua por un cauce. Y puedo decir que aquél era el cauce de Heráclito: «¡No entrarás dos veces en el mismo río!»; el sombrero hongo era el cauce por el cual Sabina veía correr cada vez un río distinto, un río semántico distinto: un mismo objeto evocaba cada vez un significado distinto, pero, junto con ese significado, resonaban (como un eco, como una comitiva de ecos) todos los significados anteriores. Cada una de las nuevas vivencias sonaba con un acompañamiento cada vez más rico. Tomás y Sabina se emocionaron en el hotel de Zurich al ver el sombrero hongo e hicieron el amor casi llorando, porque aquella cosa negra no era sólo un recuerdo de sus j

Idioma mundial

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 Elena M. Pimpinela Magazine El Mundo 17/08/2003 Los juramentos, los insultos y las blasfemias son recursos idiomáticos inherentes a todas las lenguas del mundo. Los temas más recurrentes en la creación de tacos hacen referencia a los desechos humanos, a Dios y a la religión y, en gran medida, al sexo. Dependiendo de cada cultura su empleo varía de forma considerable. En la mayoría de los países su grado de utilización está íntimamente relacionado con el nivel cultural y social del hablante. Sin embargo, existen territorios –España sobre todo– en los que el respeto hacia el interlocutor se relaja cada vez más, lo que produce que los tacos tengan mayor aceptación. Algo impensable en cualquier otro país del mundo, donde su uso se restringe a los jóvenes o a las situaciones en las que hay un alto nivel de confianza entre los hablantes. Alemanes, portugueses, holandeses, flamencos y franceses suelen ser los más recatados. Pero dentro de estas lenguas existen ciert

¡Qué bien sienta soltar un taco!

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 Antonio Lucas Magazine El Mundo 17/08/2003 Alfonso XII fue explícito en su felicitación al capitán Silvestre cuando el desembarco de Alhucemas: “Olé tus cojones”. Era la expresión de júbilo del monarca. Un taco servía para concretar la satisfacción del rey. Cualquier sensación (júbilo, pesar, indignación...) tiene su correspondencia en una palabrota, en lo que llaman los cursis “una expresión malsonante”. El español está minado de ellas. Es uno de los idiomas europeos más imaginativos a la hora de construir sus particulares interjecciones. No son más de 15 o 20 los tacos que habitualmente entran en una conversación. Generalmente, todos ellos son palabras que mantienen un sentido sonámbulo, pues dependiendo del contexto asumen un significado o el contrario: joder y ¡joderrrr!; coño y ¡cooooño! Por ejemplo. Eso sí, pueden ser considerados como esas orillas del español que menos han evolucionado en los últimos siglos. “Son siempre los mismos y se ha innovado mu

"¡Y yo en la tuya!": El insulto y el ingenio de la lengua

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José Antonio Millán Aunque insultar , según el Diccionario académico, es "Ofender a uno provocándolo e irritándolo con palabras o acciones", y aunque puede que alguien diga en alguna ocasión "Su comportamiento era insultante", el insulto por antonomasia es el verbal. Insultar es un acto de habla , es decir, según la caracterización de Austin ( Doing Things With Words ), el insulto es una de esas palabras que hacen cosas , como la promesa, la orden, la maldición… ¿Y qué es lo que hace? Como hemos visto, molestar en gran manera al receptor. El insulto arquetípico es la asignación por parte del hablante de una calificación negativa al oyente. Una lingüística del insulto debería considerar qué sentidos son los más susceptibles de constituirlo: diagnósticos psiquiátricos ("imbécil, idiota"), atribución de determinados comportamientos sexuales ("maricón, puta") o sociales ("ladrón")

"Epidermis publicitaria"

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Juan Cueto,  El País Semanal , 6-XII-1987   Al alcohol lo llamo directamente Ballantine’s. Digo Bic por bolígrafo, Mont-Blanc por pluma, Olivetti por máquina de escribir y Mac por ordenador. En los restaurantes finos suelto Avecrem en lugar de sopa o Camy por “biscuit-glacé”, y lo peor de todo es que suelo acertar. Cuando intento pronunciar palabras tan sencillas como somnífero, tónica, zapatillas, bicicleta, tarjeta de crédito o cigarro me salen espontáneamente marcas caprichosas: Valium, Schweppes, Adidas, BH, Visa, Montecristo. Los digitales son Casio, y los analógicos, Omega. Las “colas” son Coca-Cola, incluso cuando bebo Pepsi. Al televisor le digo el tubo, y al tubo, claro, Triniton. Y así todo el tiempo. Soy irremediablemente metonímico, qué se le va a hacer. De la misma manera que otros son zurdos, bizcos, tartajas, daltónicos, patizambos, miopes o inspectores de Hacienda, yo tengo la desgracia de padecer metonimia aguda. Cuando hablo o hago estas redacc

Las palabras

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Mario Benedetti  (1920-2009) No me gaste las palabras no cambie el significado mire que lo que yo quiero lo tengo bastante claro   si usted habla de progreso nada más que por hablar mire que todos sabemos que adelante no es atrás   si está contra la violencia pero nos apunta bien si la violencia va y vuelve no se me queje después

La excelencia educativa

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Luis García Montero. Público.es 06/06/2013 Algunas palabras acaban siendo muy antipáticas. Hay que tener cuidado con ellas porque las carga el diablo. Entendamos aquí por diablo a todo ideólogo dispuesto a convertir la semántica en un ejercicio de hipocresía. Los procesos de deformación en el carácter convierten con frecuencia las virtudes en nuestros peores defectos. Una persona amable puede convertirse en un adulador. Un individuo prudente, si no se vigila con prudencia, puede transformarse en un miedoso. El mérito corre peligro de desembocar en la vanidad y el egoísmo. El poder lo sabe y actúa. El arte de gobernar se confunde por tradición elitista con la estrategia de convertir al amable en adulador, al prudente en miedoso y al ciudadano de mérito en un prisionero de su vanidad. Las palabras tienen también carácter. Y transforman sus virtudes en defectos. Hace años empezó a resultarme antipática la palabra emprendedor . No es criticable, desde luego, qui

Vale el vale, pero no vino el vino

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Ramón J. Sénder (1901-1982) La tesis de Nancy (1969)  Así llegamos al café. Mi novio solia vender vinos a aquel establecimiento, y al verlo llegar el encargado, que le había dado el día antes un vale firmado en lugar de dinero, le preguntó bajando la voz: -¿Vale el vale? -Sí -dijo Curro-. Pero no vino el vino. Mrs. Dawson repetía: «Vale el vale. Vino el vino». Parecían consignas secretas en clave. En aquel momento dos contertulios estaban hablando animadamente y uno se lamentaba de tener que ir cada día a casa del dentista, donde pasaba grandes molestias. El otro le preguntaba cómo se las arreglaba para comer y el de los dientes respondía agriamente:  -¿Cómo como? Como como como.   Bajó la voz Mrs. Dawson para preguntarme qué idioma hablaba aquel hombre que repetía la misma palabra cinco veces en diferentes tonos, como los chinos. Curro dijo que hablaba portugués «del otro lado de la mar» y añadió: "Eze tiene una tía  mulata de Riojaneiro.  ¿No

"En español se dice crisis"

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Javier Rodríguez Marcos   EL PAÍS , 20/06/2008   Vivimos en el tiempo del maquillaje. El Gobierno llama desaceleración a lo que la humanidad vive como crisis, y el PP no ve más que distintas sensibilidades donde todo el mundo ve tendencias enfrentadas. Detrás de cada eufemismo hay un tabú indeseable y, por tanto, impronunciable. El lenguaje de la política siempre ha estado lleno de unos y de otros, como si las palabras pudieran neutralizar la realidad que se niegan a nombrar. El pesimismo no crea puestos de trabajo. Está por ver que los cree el optimismo. El vocabulario político trata siempre de mostrar el vaso medio lleno, pero en los últimos años el ambiente se ha llenado de sintagmas de buen ver como conducciones de agua, soluciones habitacionales o derecho a decidir. Por no hablar de clásicos como impuesto revolucionario o regulación de empleo. La cosmética verbal se extiende.

"No digan recortes, llámenlo amor"

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Amanda Mars  EL PAÍS , 05/03/2012 No teman, amigos, nadie pretende bajar su sueldo. Es más bien una “devaluación competitiva de los salarios” lo único que proponen para España organismos internacionales como el Banco Central Europeo (BCE). Ya saben, atravesamos una época de crisis —o de “severa desaceleración”— y son necesarios recortes —perdón, quisimos decir “reformas” o, como mucho, “ajustes”— en varios ámbitos. Pero no hay que llevarse las manos a la cabeza: Cataluña no ha planteado en ningún caso introducir el copago en la sanidad pública, en absoluto, sino que trabaja en la idea de introducir “un tique moderador sanitario”. Y el Gobierno no ha subido el impuesto sobre la renta —ya había prometido durante la campaña electoral que no lo haría—, sino que ha dejado bien claro la vicepresidenta primera que esa modificación del IRPF consiste en un “recargo temporal de solidaridad”. Dicen que este periodo de “crecimiento económico negativo” (la Gran Reces

Don Quijote era un friki

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  Juan Pedro Velázquez-Gaztelu ELPAÍS 30/06/2012 El lenguaje futbolístico fue pionero, con el penalti, el córner y el orsai. Luego vinieron el sándwich, el sidecar y el parking . En los años ochenta del siglo XX se empezó a decir que había overbooking cuando un lugar estaba lleno de gente y que alguien estaba missing si no se sabía dónde estaba. Hace mucho tiempo que el castellano toma prestadas palabras del inglés, pero ha sido en la última década —coincidiendo con el desarrollo de Internet, el aumento de los viajes al extranjero y la televisión por satélite— cuando la importación de vocablos de ese idioma ha crecido exponencialmente, sobre todo entre los jóvenes. En un país como España, donde la mitad de la población desconoce el idioma de William Shakespeare y Victoria Beckham, dejar caer una palabra en inglés aquí y allá parece que nos da un aire moderno, de gente de mundo. Se utiliza la palabra casual (con acento en la primera a) para decir qu

Teoría del friki

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Javier Cercas EL PAÍS, 15/09/2010 ¿Qué es un friki? La Real Academia no se ha pronunciado todavía al respecto, pero Wikipedia sostiene que un friki es un tipo raro, de comportamiento o apariencia inusual, que vive obsesionado por asuntos como la ciencia-ficción, los videojuegos, los cómics o la informática, y que a menudo persigue llamar la atención con indumentarias y comportamientos anómalos; asimismo sostiene que, a causa de su extravagancia y sus gustos, la gente de provecho considera al friki un tipo inmaduro, si no infantil. La definición me parece pobre, además de lamentablemente restrictiva. No digo que no sean frikis los tipos que cada 25 de mayo salen a celebrar el Día del Orgullo Friki disfrazados de personajes de La guerra de las galaxias, ni siquiera los tipos que, vestidos con tangas de color fucsia, persiguen a los ciclistas del Tour de Francia por las cumbres de los Alpes; solo digo que, aunque yo particularmente sienta una simpatía infinita

50 preguntas básicas para acercarse al Quijote

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Andrés Amorós EL PAÍS, 19/12/2004     01 ¿Quién escribió el 'Quijote'? Miguel de Cervantes. Lo del "historiador arábigo" Cide Hamete Benengeli es sólo un marco literario para dar complejidad a la historia, un juego: Cervantes inventa al narrador; éste, a Alonso Quijano, que inventa a Don Quijote, que inventa a Dulcinea… 02 ¿Existe un retrato de Cervantes? Ninguno de los que se han creído es fiable, ni el que preside el salón de la Real Academia. Su autorretrato lo hace él en el prólogo de las Novelas ejemplares: "Éste que veis aquí, de rostro aguileño…". Y en toda su obra. 03 ¿Es la obra de un hombre maduro? Cervantes tenía casi 58 años cuando salió la primera parte; en aquella época, una edad avanzada. Llevaba 20 años sin publicar; por eso, entre otras cosas, sorprendió tanto su novela. 04 ¿Era un hombre muy culto? Tuvo cierta educación humanística y le influyó mucho la estancia en Italia. Era gra