Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2011

"El príncipe feliz"

Imagen
Oscar Wilde (Segunda mitad del siglo XIX) En la parte más alta de la ciudad, sobre una columnita, se alzaba la estatua del Príncipe Feliz. Estaba toda revestida de madreselva de oro fino. Tenía, a guisa de ojos, dos centelleantes zafiros y un gran rubí rojo ardía en el puño de su espada. Por todo lo cual era muy admirada. -Es tan hermoso como una veleta -observó uno de los miembros del Concejo que deseaba granjearse una reputación de conocedor en el arte-. Ahora, que no es tan útil -añadió, temiendo que le tomaran por un hombre poco práctico. Y realmente no lo era. -¿Por qué no eres como el Príncipe Feliz? -preguntaba una madre cariñosa a su hijito, que pedía la luna-. El Príncipe Feliz no hubiera pensado nunca en pedir nada a voz en grito. -Me hace dichoso ver que hay en el mundo alguien que es completamente feliz -murmuraba un hombre fracasado, contemplando la estatua maravillosa. -Verdaderamente parece un ángel -decían los niños hospicianos al salir de la catedral, vestido

"El ruiseñor y la rosa"

Imagen
Oscar Wilde (Segunda mitad del XIX) -Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja -se lamentaba el joven estudiante-, pero no hay una solo rosa roja en todo mi jardín. Desde su nido de la encina, oyóle el ruiseñor. Miró por entre las hojas asombrado. -¡No hay ni una rosa roja en todo mi jardín! -gritaba el estudiante. Y sus bellos ojos se llenaron de llanto. -¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por carecer de una rosa roja. -He aquí, por fin, el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Le he cantado todas las noches, aún sin conocerlo; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión lo ha puesto pálido como el marfil y el dolor ha sellado su frente. -El príncipe da un baile mañana por la noche -murmuraba el jo

"La segunda vida de un perro jubilado"

Imagen
Chema R. Morais Publicado en El Heraldo de Aragón . (11-02-2009) Gunter trabajó en Zaragoza como perro guía y, tras retirarse, volvió al centro de la ONCE de Madrid. Pero, ahora, ha regresado a la ciudad tras ser adoptado. ZARAGOZA El protagonista de esta historia no habla demasiado. De hecho, no habla. Tampoco ladra apenas. Porque Gunter tiene unos modales exquisitos, fruto de su aprendizaje y posterior trabajo. Ahora, está jubilado, pero sigue siendo igual de profesional. Incluso en la sesión de fotos. No hay más que decir su nombre para que mire, obediente, a cámara. Pero ni ha sido modelo ni ha tenido que ver con el mundo del espectáculo. Durante años, sirvió como perro guía de la ONCE en Zaragoza. Y, hoy, ha encontrado cobijo precisamente en una familia zaragozana, los Parra Estecha, que está que no sabe que hacer con su nuevo integrante. Y eso que solo lo tienen desde San Valero. "No sabíamos si se iba a adaptar y ahora somos nosotros los que intentamos estar a la alt